REINVENTARSE?

FUENTE http://lospasosdelalma.blogspot.com.es/
Este es el fruto de una entrevista, si así se le quiere mencionar, aunque más bien puede ser un diálogo con un amigo, mail va, mail viene. Y esto es lo que ha surgido. “P”, significa pregunta que lanzo; y “R”, respuesta que recibo.

P: Una amiga, hace poco, tras el 21/12/12, al no observar los cambios que esperaba, me dijo ¿Habrá que reinventarse, no? Yo le di una respuesta concreta. Pero conociéndote, es posible que hubiéramos coincidido, así que no te la diré, sólo te formulo lo mismo que ella me disparó ¿reinventarse?
R: El Aquí y Ahora no es momento ni de “cambios”, ni de “reinvertarse”, ni de “hacer” nada, sino, sencillamente, de fluir y dejar atrás la idea de identidad, con todo lo que ello conlleva, para gozar de la Vida sin miedos, con Confianza y en Amor.
P: ¿Puedes explicarte un poco más?
R: Cada suceso, hecho o acontecimiento de la vida, sea calificado por nuestra mente de importante o intrascendente, da igual, es un Milagro. Los Milagros se desparraman y desenvuelven cada día a nuestro alrededor y en nuestras propias vivencias cotidianas. No hacen falta fechas concretas para que esto sea así. El 21 de diciembre de 2012 ha estado tan lleno de Milagros como cualquier otro día. Y ha supuesto, eso sí, el inicio de la entrada oficial de un nuevo ciclo espiritual para la Humanidad –la Primavera Consciencial- que irá haciéndose cada vez más patente en el interior de las personas a lo largo de los próximos años, lustros y décadas. Lo que repercutirá en el mundo exterior mediante el paulatino surgimiento de un Nuevo Mundo que, a su vez, distorsionará al viejo mundo hasta provocar su total desaparición. Con este telón de fondo, cada cual experienciará todo lo anterior en libre albedrío y en coherencia con su propio proceso consciencial y espiritual.
P: Me parece perfecto, pero ¿podría especificarse con alguna fecha, si a fechas de calendario más de un ser humano espera?
R: El inicio de la citada Primavera Consciencial es un hecho natural y no implica “cambio” alguno, sino el impulso cíclico de la “Evolución” individual y colectiva a través de una Metamorfosis que es, igualmente, natural y de perfil interior, no exterior ni fenomenológico, que es quizá lo que algunos esperaban del solsticio de invierno de 2012.
Lo cierto es que cualquier percepción de cambio y su necesidad es pura vanidad. La Creación es Perfecta. En ella nada hay que alterar, modificar o cambiar. Y esto es así porque precisamente en ella nada es estático, sino que todo se encuentra en constante Evolución (lo recogen muy bien, por ejemplo, el Principio Hermético del Ritmo o la visión oriental volcada en el Tao) y es una Evolución en el Orden del Amor (El “Ordo Amoris” de San Agustín). Cuando esto se percibe desde el Corazón, se entiende bien lo anunciado por Rumi en el siglo XIII: “la época del asceta acabó; el reinado del Amor ha llegado”.
P: ¿Qué supone, si es que supone algo, esa transformación o evolución a la que aludes?
R: La idea o voluntad de cambio supone desconocer esa Perfección y Evolución natural, con sus procesos y ritmos naturales, y pretender neciamente “marcar el paso” desde el ego para que las cosas se ajusten a lo que “yo” deseo, cuando “yo” deseo y de la manera que “yo” deseo. Nada se logra con ello, salvo poner trabas a la misma Evolución natural.
Al fluir desde la aceptación, la Evolución se facilita. Por el contrario, el propósito de cambio distorsiona el devenir evolutivo y ralentiza la Evolución.
P: ¿Algún ejemplo?
R: Valga éste. En invierno, el frío y la humedad configuran la base evolutiva y natural para que, meses después, la primavera explote en todo su esplendor. Si a alguien no le gusta el invierno y prefiere la primavera, debe comprender no sólo que el proceso no puede ser alterado por mucho empeño que se ponga en que la climatología cambie -que lo hará, pero cuando en el orden natural corresponda-, sino que, además, el invierno y cada uno de sus componentes (frío, lluvia, viento, nieve,…) son parte constitutiva de la propia primavera, pues sin ellos no habría ella.
P: Como sabes esto lo publicaré en mi Blog, así que te pido que des, si es posible la posibilidad de algo que constituya un puntal del que partir.
R: La aceptación y la Rendición son la clave. Los rosales no dan rosas en invierno. Y de nada sirve ponerse a su lado clamando para que las rosas nazcan y crezcan. Esto sucederá. Sí. Pero cuando el proceso natural lo haga posible, no la voluntad egóica de alguien.
La vida de mucha gente es miedo y vanidad; vanidad y miedo. Y una huida constante, ansiando desesperadamente el cuidado y el contento, del sufrimiento originado precisamente por la vanidad y el miedo. No digo esto para que nadie cambie -no pretendo que nada ni nadie cambie-, sino para que nos observemos como quien se mira en un espejo. Y al observarnos, nos aceptemos a nosotros mismos y, a partir de ahí, a los demás y cuanto nos rodea. Y al aceptar, amemos. Y al amar, nos sintamos Amados por la Vida y la Creación. Y al sentirnos Amados, nos rindamos.
¡Rendirse! Total y definitivamente. Se comprueba, entonces y sólo entonces, que la Rendición no es fruto de la impotencia, sino del empoderamiento. Y con la Rendición explosiona, de manera natural y sencilla, una Nueva Vida que no puede ser pensada, ni conceptualizada ni predefinida. En ella luce exclusivamente la Bandera Blanca de la Rendición plena.
Para que ondee y se despliegue en su colosal dimensión y hermosura, insuflará la Bandera Blanca una Libertad radical y completa que emanará de tu interior, como espléndida y sutil brisa de Amor. Es una brisa suave, sí, pero implacable. Te despojará de cuanto has sido, tenido, anhelado y temido; te impulsará al abandono y al desalojo hasta vaciarte de toda vanidad, en cualquiera de sus manifestaciones; y, finalmente, te llevará a donde le dé la gana. Y tú no tendrás miedo. Vacío y sin nada ni necesidad de nada, te dejarás llevar, fluirás y no tendrás miedo. Nunca jamás.
La Confianza habrá anclado para siempre en tu Corazón, y tú ya no serás tú: sabrás bien lo que supone "Nacer de Nuevo", y te habrás transformado en el Viento que todo mece, todo acuna y todo Ama, pues es el Amor mismo y puro.
P: ¿Eso puede ser verificado, por decirlo de alguna manera, en cada persona?
R: Claro. En cada uno y en el género humano en su conjunto. Una Nueva Humanidad vivirá en una Nueva Tierra. Sin duda. Pero será el resultado de la Evolución consciencial, no de ningún cambio. Y todo lo que sucede en el Aquí y Ahora, por doloroso o absurdo que nos parezca, tiene su por qué y su para qué en el contexto de esa dinámica evolutiva y consciencial.
Igualmente, todo lo que ocurre en “mi” vida o en la de “los demás” encaja perfecta y absolutamente en la Evolución “mía” o de los “demás”.
P: ¿Hay que hacer algo al respecto, si es que hay que hacer algo al respecto?
R: La “No-Acción” es la forma superior de acción. Y el origen del sufrimiento humano radica en la “decisión de ser” alguien o algo y en la idea de identidad que ello implica. Noción de identidad que conlleva, a su vez, la dualidad y las dicotomías, la experiencia bipolar (polarización y falta de equilibrio y armonía experiencial), la separación de la Unicidad en la que todo Es y la creencia de que las cosas deben ser diferentes de como son.
Frente a esto, cuando en lugar de “decidir ser”, simplemente “no decido” (incluso “no decido ser”), se cesa de intentar cambiarse a uno mismo, a los otros o al mundo para ajustarlos a mi pensamiento de como deberían ser y se acepta e interioriza la realidad tal como es, experimentando una Libertad y un Gozo antes inimaginables.
P: Bien, pero quizá nos hemos elevado a profundidades o alturas, según se perciba, que son complejas de dilucidar. Bajando un poco al terreno, a lo real o lo no real…
R: Lo “Real” es que no hay nada que cambiar. Mucha gente quiere que cambien las cosas (su vida, la de los demás, el mundo en general,…) y lo intentan actuando sobre el mundo exterior (“deseo de cambio exterior”). También hay quienes quieren el cambio, pero han entendido que es una ventana que se abre desde el interior y que se necesitan ojos nuevos para un mundo nuevo (“deseo de cambio interior”). Pero no hay nada que cambiar, ni fuera ni dentro de uno mismo; todo es Perfecto y se halla en constante evolución (Tao). Se acabaron las preguntas y las respuestas, las búsquedas y los caminos. Se percibe entonces la innecesariedad de la Iluminación y nos "destensamos", "descondensamos", “vacíamos" y diluimos en la no-identidad (que implica la no-dualidad y el fin de la experiencia bipolar y a separación de la Unicidad). "Cesó todo" y el No-Ser todo lo inunda y todo Es.
P: Subrayo algo que ya me has dicho en más de una ocasión, y entiendo que es lo que te brota desde dentro sin necesidad de modificar lo que sientes en tu expresar, por tanto, no te pido que rectifiques lo dicho, sino que incidas en un mensaje, quizá, más concreto.
R: El cesó todo conlleva el “dejeme”: el antes “hacedor-emisor” se disuelve en la no-identidad y fluye en la dinámica “fluir-recibir-fluir”. El Misterio de la Vida se desvela de par en par: Vivir viviendo, Vivir fluyendo para Recibir (¡sin miedos!) de la Creación, que es una Naturaleza tan Natural como Divina de Abundancia Infinita donde la Gracia y la Riqueza se distribuyen entre todos los componentes que la configuran y en ella se integran y fusionan no según su capacidad, sino según su necesidad.
P: ¿Sabes lo que le respondía a mi amiga cuando dijo aquello de Reinventarse? Le dije: No, endiosarte. Y aquí mi pregunta final, ¿mi respuesta va en la misma dirección de todas las respuestas que has dado a mis anteriores preguntas?
R: Escribió Nietzsche en Así habló Zaratustra que “el hombre es una cuerda tendida sobre un abismo (…) La grandeza del hombre está en ser un puente y no una meta”. Y esta meta es, tomando ahora palabras de San Juan de la Cruz en su carta a Ana de Peñalosa, “transformarse en Dios” (“la amada en Amado transformada”) en la consciencia plena de que Dios es yo y que yo soy Dios precisamente cuando dejo de ser yo y cesa toda noción o idea de identidad, sea física o espiritual, individual o colectiva. A esto, los primeros Padres de la Iglesia lo llamaron “endiosamiento”. Y así es: no es cuestión de reinventarte, sino, sencillamente, de ser los que genuinamente somos, es decir, endiosarte.
P: ¿Necesitamos ampliar algo más este tema, o quizá lo dejamos para otro día si es que surge algo nuevo que merezca la pena decir por no hablar por hablar alargando algo que, a mi juicio, ha quedado plasmado?
R: Fluimos en el Aquí y Ahora y lo dejamos abierto en el desenvolvimiento del momento presente.
Deéelij y un amigo -sin identidad- entrevistado o sometido a interrogatorio amable. Añado que tenemos en marcha otras entrevistas que se me apetecen van a ser jugosas.
http://lanuevaconcienciadimensional.blogspot.com.es
Supongo que muchos,al igual que yo, habréis reconocido en las palabras del entrevistado a Emilio Carrilo.

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